domingo, 26 de julio de 2015

A MITAD DEL MURO COINCIDEN DOS ISLAS

EXPOSICIÓN DE DIBUJOS Y PINTURAS DE FELIPE ALARCÓN ECHENIQUE Y FRANCISCO CARLOS GOVIN
Desde el 25 de julio- al 13 de agosto 2015
Inauguración y Cóctel 29 de julio 2015. a las 20.00 horas
Galería de arte EKA MOOR. C/Breton de los Herreros 56. MADRID.


Felipe Alarcón Echenique y Francisco Carlos Govín. Pintores cubanos en Madrid.

Es Caribe en Madrid y momento de mirar al futuro de la mano del arte, de la mano del otro. Y es momento de encontrarse y reencontrarse. Coincidiendo. Coincidiendo que coincidimos y mucho más. Que miramos hacia donde vamos, sin más límite que nuestros propios límites, ni más compañía que la deseada. Porque no tenemos más horizontes que nos limiten que los mentales, y esos estamos dispuestos a empujarlos con la alegría del que mira de frente al futuro y la fuerza del que sabe de donde viene. Es Caribe en Madrid y es hora del arte.

Y es hora de reencuentros en El Malecón. Con Felipe, con Francisco. Y con Gregorio.

                                                                                   Alvaro Sánchez



Reencuentros en El Malecón en la obra de Felipe Alarcón Echenique


Felipe Alarcón no la emprende con el concepto ontológico del tiempo a la hora de ejecutar su misión, sino con la pasión de una mirada extendida sobre él, sobre cómo le ha construido como artista y como hombre.

Coincide, en primer lugar, con algunos autores en lo relativo a que el collage es nuestro retrato de la vida, ordenada y clasificada de forma novedosa. Él lo hace de tal modo que relaciona nuestra hist...oria con los fragmentos que constituyen la imagen. Con ello plasma la contradicción y la discontinuidad o viceversa, pero manteniendo su carácter lineal para el espectador.

Es más, el propio artista me ha dicho alguna vez que considera –tal como en una ocasión lo percibió o lo impresionó- el collage como un párrafo que tenía que leer y que luego le conduciría a otros muchos hasta completarlo con más capítulos y más pinturas.

En segundo lugar y en otro orden de cosas, hay que señalar que todo el conjunto de la obra de este hispano-cubano, ya sea en series, pinturas individuales, dibujos, tintas, etc., la vida es, en su temática, una fluencia continua, una sustancia temporal, un cambio permanente, porque para la motivación de su proceso creador los reencuentros conforman fases que se interpenetran en unas singulares coordenadas espacio-temporales, en las que lo único inmutable y eterno es el Malecón como metáfora y ardiente matriz de su origen y existencia isleña.

Por lo tanto, élan vital y realidad como temporalidad; conciencia intuitiva sobre la duración, el movimiento, los cambios, la espiritualidad que los rige y potencia. Si la gracia del arte consiste en encontrar la flexión justa al torneado de los seres, su magia es precisamente rehacer el mundo, exaltando su personalidad e integrándolo en una totalidad. Esta es la ambición cumplida del autor: ajustar las estructuras plásticas a la definición total de la obra.

En fin, dando la palabra a Bergson: “para que el cambio ininterrumpido que cada uno de nosotros llamamos yo pueda actuar sobre el cambio también ininterrumpido que llamamos cosa, es preciso que estos cambios se encuentren relacionados entre sí”, damos por concluido el acercamiento a una empresa artística que habla mejor por sí misma.



Otros reencuentros en El Malecón en la obra de Francisco Govín


Este artista tiene algo en común con el francés Odile Redon, en cuanto a que su originalidad consiste en traer a la vida, de un modo humano, seres probables –y no improbables, tal como argumenta Odile- y hacerlos vivir de acuerdo con las leyes de la probabilidad pero poniendo –tan lejos como sea posible- la lógica de lo visible al servicio de lo invisible. Como dije en una ocasión, en él existe el deseo desesperado de librar una batalla tras otra, una aventura que expresar una y otra vez y un deseo desesperado de que la belleza no sea lo único a salvar.


En su obra se cumple la frase proferida por Michel Seuphor, en lo referente a que “a medida que nos internamos en nosotros mismos, más clara y más imperativa será la imagen que podamos dar de nuestras sedimentaciones interiores: sólo así nuestra expresión será universal”. Como tal es esta configuración a modo de un expresionismo insólito, caribeño, debido a su concepción, a su penetración, a su hondura en lo que podemos considerar como la cuestión existencial por excelencia. 


Es una mirada plástica y figurativa, de tonos sombríos, y hasta muy sombríos, y claros, de ensimismamientos y laberintos, donde se ofrece en unos espacios concretos una reflexión ontológica que alimenta unos escenarios que hablan de realidades determinadas, de reencuentros silenciosos, taciturnos, desventurados, de nostalgias imprecisas y de un Malecón que lo ve todo sin aparecer en nada.


También escribí, en lo relativo a su obra,  que el mundo caribeño en el que se inserta no lo concibe disfrazado sino desnudo y perdido en un tiempo inmóvil, en un desfallecimiento que se conserva impotente desde todos los ángulos, en una languidez que lo contagia hasta detener el juego de ficciones y confesiones. 


Quizá lo que más dificultad le supuso es el no ir de ensueño en ensueño, de no incurrir en un onirismo en el que se extraviaría la lucidez de sus designios, secretos y esperanzas, así como sus ajustadas percepciones cromáticas, sus imaginerías, que son el vehículo de un lenguaje absorto en sus vivencias, creencias y evocaciones.


Y al final se vislumbran más formas en esta muestra de su trabajo, que se intuyen como la obtención de un lugar dentro de un contexto físico, cultural, social, etc., que le permita una permanente revisión del conjunto de sus identificaciones, ya pertenezcan a su ser más inmediato como a la verdad de unas visiones que llenan vacíos, ausencias y retornos.

                                                                           Gregorio Vigil-Escalera
                                                                         Miembro de AECA/AMCA


A mitad del muro coinciden dos islas

Felipe Alarcón Echenique y Francisco Carlos Govín


Eka & Moor.Art Gallery.
Bretón de los Herreros, 56. Madrid.

 
Obra de Felipe Alarcón Echenique

Obra de Felipe Alarcón Echenique

Obra de Felipe Alarcón Echenique

Obra de Felipe Alarcón Echenique

Obra de Francisco Carlos Govín

Obra de Francisco Carlos Govín

Obra de Francisco Carlos Govín

Obra de Francisco Carlos Govín